12 de Septiembre del 2018
Hablamos de un ERE cuando una empresa usa este procedimiento legal para reducir plantilla ante una mala situación económica o porque tiene que reestructurar la compañía. Este procedimiento exige cumplir unos requisitos y, a cambio, se reducen los costes de despido.
Un despido colectivo vía ERE exige que en un lapso de tiempo de 90 días o menos se vean afectados (por lo menos):
1- 10 trabajadores o más en las empresas que no lleguen a 100 empleados.
2- Más del 10% de la plantilla de las que tengan entre 100 y 300 trabajadores.
3- En las empresas que cuenten con más de 300 empleados, cuando con 30 o más los trabajadores despedidos.
4- En toda empresa de más de cinco empleados que prescinda al total de la plantilla por cese de la actividad empresarial (tiene que fundarse en unas causas concretas que explicamos más adelante).
Para que se pueda realizar este despido colectivo, se deben dar causas específicas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
Se tiene que constatar una situación negativa desde el punto de vista económico para la empresa. Esto es, la existencia de pérdidas actuales o previstas, o la bajada durante tres trimestres consecutivos de su nivel de ingresos ordinarios o de ventas con respecto al año anterior. Con la reforma llevada a cabo en 2012, se determinó en qué consistía esta “disminución persistente de ingresos o ventas”. Anteriormente era un juez el que decidía si las condiciones se daban o no, y la empresa debía justificar el por qué de la decisión en lugar de apostar por otras maneras de ahorrar costes.
La nueva legislación, según muchos expertos, es menos garantista y debilita la posición de los sindicatos (y en definitiva, de los trabajadores) en las negociaciones de un ERE.
Se tienen que producir cambios en el ámbito de los medios o instrumentos de producción. El ejemplo puede ser la implementación de tecnología que deja obsoletos puestos de trabajo en la empresa.
En este caso, los cambios se producen en el ámbito de los sistemas y métodos de trabajo del personal o en la manera en la que se organiza la producción.
Los cambios inciden directamente en la demanda de productos o servicios a los que se dedica la empresa.
Si tu empresa tiene que acreditar la existencia de causas económicas, técnicas, organizativas o de producción, para justificar la aplicación de un ERE, debes tener en cuenta que las circunstancias que marca la normativa deben cumplirse escrupulosamente. Si necesitas acreditar las causas objetivas de un ERE y que no se califique de fraudulento, necesitas un peritaje extenso y fiable que lo demuestre. En Grossman, tenemos experiencia en peritajes económicos, contáctanos.
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